Giliana Kudsha
Ofrece Tu Sufrimiento como una Ofrenda
Los momentos difíciles a los que te enfrentas pueden ayudar a fortalecerte en tu servicio al Padre. Ofrece tus sufrimientos a tu Padre en el cielo y Él los recibirá como sacrificios perfectos.
No permitas que tus penas te agobien hasta tal punto que tu comunión espiritual con el Creador se haya disminuido.
Pon tu confianza en el brazo del Eterno y Él te ayudará a mantenerte firme y caminarás con fuerza.
Enseñanzas de la Luz Capítulo 84:
Tentación
1 Nunca pongáis nada ante vuestros Hermanos que causaría su tentación o que profanen los Mandamientos.
2 Si sois la causa de que vuestro Hermano ofenda a los Mandamientos o al Libro Sagrado, vosotros mismos seréis culpables de contaminación.
3 Muchos tesoros atractivos están disponibles a las personas del mundo, pero estas posesiones no son permanentes.
4 Los únicos tesoros permanentes que cualquiera podría poseer son la Verdad y la Luz.
5 No permitáis ser tentados por los encantos del mundo, porque eventualmente os daréis cuenta que habéis cambiado la corona de la vida por trapos rotos y sucios.
Lectura de la Torá – Números 13:1-15:41:
PARASHAT SHELAJ – SECCIÓN SHELAJ
13
Los espías enviados a la Tierra de Israel
1 El Eterno habló a Moshé (Moisés), diciendo:
2 «Envía para ti a hombres, y que espíen la Tierra de Canaán que Yo doy a los Hijos de Israel; un hombre, un hombre por su tribu paterna enviarás, cada uno un líder entre ellos».
3 Moshé (Moisés) los envió desde el Desierto de Parán ante la orden de El Eterno; eran todos hombres distinguidos, cabezas de los Hijos de Israel.
El nombre de los espías
4 Éstos son sus nombres: por la tribu de Reuben (Rubén), Shamua, hijo de Zakur.
5 Por la tribu de Shimon (Simeón), Shafat, hijo de Jori.
6 Por la tribu de Iehuda (Judá), Kalev, hijo de Iefune.
7 Por la tribu de Isajar (Isacar), Igal, hijo de Iosef.
8 Por la tribu de Efraim, Hoshea, hijo de Nun.
9 Por la tribu de Biniamin (Benjamín), Palti, hijo de Rafu.
10 Por la tribu de Zebulun (Zabulón), Gadiel, hijo de Sodi.
11 Por la tribu de Iosef (José), por la tribu de Menashe, Gadi, hijo de Susi.
12 Por la tribu de Dan, Amiel, hijo de Gemali.
13 Por la tribu de Asher (Aser), Setur, hijo de Mijael.
14 Por la tribu de Naftali (Neftalí), Najbi, hijo de Vofsi.
15 Por la tribu de Gad, Geuel, hijo de Maji.
16 Éstos son los nombres de los hombres a los que envió Moshé (Moisés) a que espiaran la Tierra. Moshé (Moisés) llamó a Hoshea hijo de Nun: Iehoshúa (Josué).
17 Moshé (Moisés) los envió para que espiaran la Tierra de Canaán y les dijo: «Ascended aquí en el sur, y escalad la montaña.
18 Ved la tierra, ¿cómo es?, y el pueblo que allí habita, la gente ¿es fuerte o débil?, ¿es poca o mucha?
19 Y ¿cómo es la Tierra en la que habita?, ¿es buena o mala?, ¿y cómo son las ciudades en las que habita?, ¿son abiertas o están fortificadas?,
20 ¿y cómo es la tierra, es fértil o es estéril?, ¿tiene árboles o no? Os fortaleceréis y tomaréis de los frutos de la Tierra». Los días eran días de las primeras uvas maduras.
21 Ascendieron y espiaron la Tierra, desde el Desierto de Tzin hasta la expansión cerca de Jamat.
22 Ascendieron en el sur y llegó a Jevrón, donde estaban Ajiman, Sheshai y Talmai, los descendientes del gigante. Jevrón había sido construida siete años antes que Tzoan de Egipto.
23 Llegaron hasta el Valle de Eshkol y de allí cortaron una vid con un racimo de uvas, y lo cargaron sobre una pértiga doble, y de las granadas y de los higos.
24 Llamaron a ese lugar el Valle de Eshkol por el racimo que los Hijos de Israel cortaron de allí.
El informe de los espías
25 Al cabo de cuarenta días regresaron de espiar la Tierra.
26 Fueron y vinieron ante Moshé (Moisés) y Aarón, y ante toda la asamblea de los Hijos de Israel, al Desierto de Parán en Kadesh, y les trajeron a ellos y a toda la asamblea el informe, y les mostraron los frutos de la Tierra.
27 Ellos le informaron, y dijeron: «Llegamos a la Tierra a la que nos enviasteis e incluso en ella fluye la leche y la miel, y éstos son sus frutos.
28 Pero el pueblo que habita en la Tierra es poderoso, las ciudades están muy fortificadas y, además, allí vimos a los descendientes del gigante.
29 Amalek habita en el área del sur, el jeteo, el iebuseo y el amorreo habitan en la montaña, y el cananeo habita junto al mar y en la orilla del Jordán».
30 Calev silenció al pueblo delante de Moshé (Moisés) y dijo: «Ciertamente ascenderemos y la conquistaremos, pues ciertamente somos capaces de hacerlo».
31 Pero los hombres que habían ascendido con él dijeron: «No podemos ascender a ese pueblo, pues es más fuerte que El Eterno».
32 Trajeron a los Hijos de Israel un mal informe de la Tierra que habían espiado, diciendo: «La Tierra por la que pasamos para espiarla, es una Tierra que devora a sus habitantes Todo el pueblo que allí vimos eran enormes.
33 Allí vimos a los Nefilim, los hijos del gigante de entre los Nefilim, y éramos como saltamontes a nuestros ojos, y así también éramos ante los ojos de ellos».
14
El pueblo responde a los espías
1 Toda la asamblea se alzó y emitió su voz; el pueblo lloró aquella noche.
2 Todos los Hijos de Israel murmuraron en contra de Moshé (Moisés) y Aarón, y toda la asamblea les dijo: «Si tan sólo hubiéramos muerto en la tierra de Egipto, o si tan sólo hubiéramos muerto en el Desierto.
3 ¿Por qué El Eterno nos trae a esta tierra para que muramos por la espada? Nuestras mujeres y nuestros hijos pequeños serán tomados cautivos. ¿No es mejor que regresemos a Egipto?».
4 Y dijeron un hombre a su hermano: «Designemos un líder y regresemos a Egipto».
5 Moshé (Moisés) y Aarón cayeron sobre sus rostros ante toda la congregación de la asamblea de los Hijos de Israel.
Josué y Kalev intervienen
6 Iohshúa (Josué), hijo de Nun, y Kalev, hijo de Iefune, de los espías de la Tierra, se rasgaron las vestiduras.
7 Hablaron ante toda la asamblea de los Hijos de Israel, diciendo: «La Tierra por la que pasamos para espiarla, la Tierra es buena, es muy buena.
8 Si El Eterno nos desea, Nos traerá a esta Tierra y nos la dará a nosotros, una Tierra en la que fluye la leche y la miel.
9 ¡Pero no os rebeléis contra El Eterno! No debéis temer al pueblo de la Tierra, pues ellos son nuestro pan. Su protección los ha abandonado; El Eterno está con nosotros. ¡No les temáis!».
10 Pero toda la asamblea dijo que les arrojarían piedras y la Gloria de El Eterno apareció en la Tienda de la Reunión ante todos los Hijos de Israel.
La ira divina y la propuesta a Moisés
11 El Eterno le dijo a Moshé (Moisés): «¿Hasta cuándo este pueblo ha de provocarme y hasta cuándo no creerán en Mí, a pesar de todas las señales que realicé entre ellos?
12 Yo los golpearé con la plaga y los aniquilaré, y haré de ti una nación más grande y poderosa que ellos».
Moisés defiende a su pueblo
13 Moshé (Moisés) le dijo a El Eterno: «Entonces Egipto, de donde Tú sacaste a esta nación con Tu poder, oirá,
14 y dirán acerca de los habitantes de esta Tierra: “Han oído que Tú, El Eterno, estás en medio de este pueblo, que Tú, El Eterno, apareciste ojo a ojo y Tu nube está sobre ellos, y que en una columna de nube Tú vas delante de ellos de día y en una columna de fuego de noche,
15 y que aun así Tú mataste a este pueblo como a un solo hombre.” Entonces las naciones que oyeron de Tu poder dirán:
16 “Porque El Eterno no pudo traer a este pueblo a la Tierra que les había jurado que les daría, los sacrificó en el Desierto.”
17 Y ahora, que la fuerza de mi Señor se magnifique tal como Tú dijiste, diciendo:
18 “El Eterno, Lento para Enojarse, Generoso en benevolencia, Perdona la iniquidad y el pecado intencionado, y Quien no absuelve a los que no se arrepienten, Rememora la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación”
19; perdona, por favor, la iniquidad de este pueblo en conformidad con la grandeza de Tu benevolencia y como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta ahora».
El Eterno responde a Moisés y los castiga
20 Y El Eterno dijo: «He perdonado a causa de tus palabras.
21 Pero por Mi vida y la Gloria de El Eterno que colma el mundo entero:
22 todos los hombres que vieron Mi gloria y Mis señales que realicé en Egipto y en el Desierto, y Me pusieron a prueba estas diez veces y no escucharon Mi voz,
23 si vieren la Tierra que he jurado que daría a sus antepasados, y todos los que Me hacen enojar ¡no la verán!
24 Pero a Mi servidor Kalev, porque un espíritu diferente estuvo con él y Me siguió de todo corazón, lo traeré a la Tierra a la que vino y su descendencia la heredará.
25 El amalekita y el cananeo habitan en el valle; mañana tornad y dirigíos hacia el Desierto en dirección al Mar de Cañas».
26 El Eterno les habló a Moshé (Moisés) y a Aarón, diciendo:
27 «¿Hasta cuándo oiré a esta mala asamblea que provoca quejas en Mi contra? He oído las quejas de los Hijos de Israel, a los que provocan en Mi contra.
28 Diles: Por Mi vida, palabras de El Eterno, si no haré con vosotros lo que habéis hablado a Mis oídos.
29 En este Desierto caerán vuestros cadáveres; todos vosotros que fuisteis censados en cualquiera de vuestros censos, a partir de veinte años de edad en adelante, a los que provocasteis en Mi contra;
30 no vendréis a la Tierra acerca de la cual elevé Mi mano en un pacto para estableceros en ella, excepto Kalev, hijo de Iefune y Iehoshúa (Josué), hijo de Nun.
31 Y a vuestros hijos pequeños de quienes dijisteis que serían tomados cautivos, los traeré; ellos conocerán la Tierra que vosotros habéis despreciado.
32 Pero vuestros cadáveres caerán en este Desierto.
33 Vuestros hijos deambularán por el Desierto durante cuarenta años y cargarán con vuestra culpa, hasta el último de vuestros cadáveres en el Desierto.
34 Como la cantidad de días que espiasteis la Tierra, cuarenta días, un día por un año, un día por un año, cargaréis con vuestras iniquidades, cuarenta años, y entonces sabréis de Mi alejamiento.
35 Yo, El Eterno, he hablado, si no hiciere esto a toda esta mala asamblea que se une en Mi contra ¡en este Desierto dejarán de existir, y allí morirán!».
36 En cuanto a los hombres que Moshé (Moisés) envió para que espiaran la Tierra y que regresaron y provocaron a toda la asamblea en su contra, difundiendo un mal informe en contra de la Tierra,
37 las personas que difundieron el mal informe acerca de la Tierra, murieron en una plaga ante El Eterno.
38 Mas Iehoshúa (Josué), hijo de Nun, y Kalev, hijo de Iefune, vivieron de entre los hombres que fueron a espiar la Tierra.
39 Moshé (Moisés) habló estas palabras ante todos los Hijos de Israel y el pueblo se lamentó considerablemente.
Nueva rebelión
40 Se levantaron temprano a la mañana y subieron en dirección a la cima de la montaña, diciendo: «¡Estamos listos, subiremos al lugar acerca del cual El Eterno ha hablado, pues hemos pecado!».
41 Moshé (Moisés) dijo: «¿Por qué transgredís la palabra de El Eterno? No tendrá éxito.
42 No subáis, pues El Eterno no está en medio de vosotros, y no seáis aniquilados ante vuestros enemigos.
43 Pues el amalekita y el cananeo están allí, delante de vosotros, y caeréis por la espada, pues os habéis alejado de El Eterno, y El Eterno no estará con vosotros».
44 Pero subieron a la cima de la montaña desafiantemente, mientras que el Arca del pacto de El Eterno y Moshé (Moisés) no se movieron del medio del campamento.
45 El amalekita y el cananeo que habitaban en esa montaña descendieron; los atacaron y los aporrearon hasta Jormá.
15
1 El Eterno habló a Moshé (Moisés), diciendo:
2 «Háblales a los Hijos de Israel y diles: cuando lleguéis a la Tierra de vuestro lugar de residencia que Yo os doy
3 y hagáis una ofrenda de fuego -ishe- a El Eterno, una ofrenda ígnea -olá- o una ofrenda –zevaj- a causa de un voto articulado o como ofrenda voluntaria –nedavá-, o en vuestras fiestas, para producir un aroma agradable a El Eterno del ganado vacuno o de las ovejas,
4 el que traiga su ofrenda a El Eterno traerá una ofrenda vegetal -minjá- de un décimo de efá de sémola, mezclado con un cuarto de hin de aceite;
5 y preparará un cuarto de hin de vino para una libación para la ofrenda ígnea -olá- o la ofrenda –zevaj- para cada oveja,
6 o para un carnero, prepararás una ofrenda vegetal -minjá-, dos décimos de efá de sémola mezclada con un tercio de hin de aceite;
7 y un tercio de hin de vino para una libación traerá como aroma agradable a El Eterno.
8 Cuando preparéis un toro joven como ofrenda ígnea -olá- u ofrenda –zejaj-, a causa de un voto articulado, o una ofrenda de paz a El Eterno,
9 traeréis con el toro joven una ofrenda vegetal -minjá-: tres décimos de efá de sémola mezclados con medio hin de aceite.
10 Traeréis medio hin de vino para una libación, una ofrenda de fuego -ishe-, un aroma agradable para El Eterno.
11 Así se hará con cada toro o con cada carnero, o con el cordero entre las ovejas o las cabras.
12 De acuerdo con la cantidad que prepararéis, así haréis con cada uno, según su cantidad.
13 Todo nativo los hará así a éstos, trayendo una ofrenda de fuego -ishe-, un aroma agradable para El Eterno.
14 Cuando el converso habite con vosotros, o alguien que habite entre vosotros a través de vuestras generaciones y preparare una ofrenda de fuego -ishe-, un aroma agradable para El Eterno, él hará igual que vosotros hacéis.
15 Para la congregación, el mismo decreto será para vosotros y para el converso que habita con vosotros, un decreto eterno para vuestras generaciones; igual para vosotros, igual para el converso será ante El Eterno.
16 Una misma enseñanza y un mismo juicio será para vosotros y para el converso que habita entre vosotros».
Sobre el precepto de separar la masa
17 El Eterno habló a Moshé (Moisés), diciendo:
18 «Háblales a los Hijos de Israel y diles: cuando lleguéis a la Tierra a la que os traigo allí,
19 acontecerá que cuando comáis del pan de la Tierra, separaréis una porción para El Eterno.
20 La primicia de vuestra masa, un pan como porción –jalá- separaréis, como la porción del granero así la separaréis.
21 De la primicia de vuestra masa daréis una ofrenda a El Eterno, para vuestras generaciones.
22 Si errareis y no realizareis todos estos preceptos que El Eterno ha hablado a Moshé (Moisés),
23 todo lo que El Eterno os ha ordenado a través de Moshé (Moisés), a partir del día en que El Eterno ordenó en adelante, a lo largo de vuestras generaciones,
24 si fue hecho en forma inintencionada a los ojos de la asamblea, toda la asamblea preparará un toro joven como ofrenda ígnea -olá- para un aroma agradable para El Eterno, y su ofrenda vegetal –minjá– y su libación, de acuerdo con la norma, y un macho cabrío como sacrificio expiatorio -jatat-.
25 El sacerdote expiará por toda la asamblea de los Hijos de Israel y les será perdonado, pues fue inintencionado y trajeron su ofrenda, una ofrenda de fuego -ishe- a El Eterno, y su sacrificio expiatorio -jatat- ante El Eterno por su pecado inintencionado.
26 Y le será perdonado a toda la asamblea de Israel y al converso que habita entre ellos, pues le ocurrió a todo el pueblo en forma inintencionada.
27 Si una persona peca de forma inintencionada, ofrendará una cabra dentro de su primer año como sacrificio expiatorio -jatat- .
28 El sacerdote expiará por la persona que ha errado cuando peque de forma inintencionada ante El Eterno; para expiar por ella y le será perdonado.
29 Para el nativo entre los Hijos de Israel y el converso que habita entre ellos habrá una misma ley para ambos, para todo el que actúa de forma inintencionada.
30 La persona que actuare de forma intencional, tanto nativo como converso, ¡ha blasfemado a El Eterno! Esa persona será tronchada de el medio de su pueblo,
31 pues ha despreciado la palabra de El Eterno y ha traspasado Su precepto; esa persona ciertamente será tronchada, su pecado está sobre ella».
El hombre que recolectó leña en Shabat
32 Los Hijos de Israel estaban en el Desierto y hallaron un hombre que recolectaba leña en el día de Shabat.
33 Los que lo encontraron a él recogiendo leña lo llevaron ante Moshé (Moisés) y Aarón, y ante toda la asamblea.
34 Lo pusieron bajo custodia, pues no era explícito lo que debería hacérsele.
35 El Eterno le dijo a Moshé (Moisés): «El hombre será condenado a muerte; toda la asamblea lo apedreará fuera del campamento».
36 Toda la asamblea lo sacó afuera del campamento; lo apedrearon y murió, tal como El Eterno le había ordenado a Moshé (Moisés).
37 El Eterno le dijo a Moshé (Moisés), diciendo:
38 «Háblales a los Hijos de Israel y diles que se hagan tzitzit en las esquinas de sus vestimentas, a lo largo de sus generaciones. Y colocarán sobre los tzitzit de cada esquina una hebra de lana turquesa.
39 Serán por tzitzit para vosotros, para que lo veáis y recordéis todos los preceptos de El Eterno y los realicéis; y no os desviéis tras vuestros corazones y vuestros ojos, tras los cuales os descarriáis.
40 Para que recordéis y realicéis todos Mis preceptos y seáis santos ante vuestro Dios.
41 Yo soy El Eterno, vuestro Dios, Quien os sacó de la tierra de Egipto para ser un Dios para vosotros; Yo soy El Eterno vuestro Dios.