Giliana Kudsha
Confiad en el Creador en Todas las Cosas
Diez leones en las tierras salvajes de África no pueden provocar el mismo nivel de carnicería que un hombre puede provocar sobre sus semejantes en una sociedad supuestamente civilizada.
La malvada ha soplado su aliento venenoso dentro de las fosas nasales de sus seguidores y los ha transformado en criaturas malvadas, codiciosas, asesinas y mentirosas. Son hijos e hijas de la bestia.
No hay un área de vuestro mundo que no haya sido tocada de alguna manera por el aliento de la bestia. Causa pánico y miedo en los inocentes y en los que desconocen las promesas del Padre.
Aquellos que niegan la existencia del Creador y aquellos que no tienen fe en Él, temen a la muerte porque no son conscientes del futuro más allá del velo de la muerte.
Los políticos y los hombres codiciosos de vuestro mundo infunden miedo en los corazones de las personas mediante la coacción y la fuerza. Engañan a sus ciudadanos haciéndoles creer que sus gobiernos tienen sus mejores intereses en mente.
Tan pronto como un hombre comienza a confiar en líderes políticos malvados más que en un león salvaje, su corazón pronto se rompe y su confianza es lanzada al viento.
Si vuestra fe es fuerte, no tenéis nada que temer de lo que el hombre pueda hacer. Vuestra fe, si se basa correctamente en la Voz del Creador, os ayudará a superar las peores situaciones imaginables.
Sin importar lo que pueda suceder en el futuro, o lo sombrío que parezca volverse vuestro mundo, mantened vuestra confianza en el Eterno. Observad Sus Mandamientos y caminad en Su Camino y seréis llevados a Su Luz eterna.
Confiad en Jehová.
Enseñanzas de la Luz Capítulo 79:
Prácticas Espirituales
1 Establecer una práctica espiritual diaria es saludable, pero solo si es desde el corazón y para el beneficio de todos los seres vivos.
2 En cualquier práctica espiritual que decidáis adoptar, aseguraos que proviene de la Verdad y que no se basa en las ideas y creencias religiosas falsas de quienes no son de la Luz.
3 No descuidéis la práctica del arrepentimiento, la oración, la meditación, la contemplación y el estudio. Estas, hijos e hijas míos, os llevarán a la perfección.
4 La práctica constante de las Doce Virtudes, la oración regular, el estudio de las Sagradas Escrituras, el ayuno, dar Limosna, el canto de himnos y el servir a los demás de manera altruista, son algunas de las prácticas espirituales centrales de los Pactarios de Jehová.
Evangelio del Santo Profeta Mani Capítulo 58
1 Ahora, cuando el hombre se lava en el agua corriente o en otra cosa se pone de pie; del mismo modo, cuando reza se gira hacia la Luminaria mayor, de pie también.
2 Ahora en cuanto a la primera oración, es cuando sale el sol, y la segunda oración entre el mediodía y el anochecer, y la oración nocturna tres horas después de eso.
3 El que recita un salmo es como aquellos que tejen una hermosa guirnalda, mientras que los que responden después de él son como los que ponen rosas en sus manos.
4 ¡Por esta razón oremos, cantemos y recitemos juntos, pongamos ante nosotros la alegría, la señal de Dios, y dejemos de lado la pesadumbre, que es el signo de la Oscuridad!
Lectura del Libro de la Verdad – Gabriel se Aparece ante Isabel – 122:2.1-5:
122:2.1
En verdad el trabajo de Jesús en Urantia fue comenzado por Juan Bautista. Zacarías, el padre de Juan, era un sacerdote judío, y su madre Elizabeth pertenecía a la rama más próspera del mismo amplio grupo familiar de María, la madre de Jesús. Zacarías y Elizabeth, aunque casados por muchos años, no tenían hijos.
A fines del mes de junio del año 8 a. de J.C., unos tres meses después de los esponsales de José y María, Gabriel apareció al mediodía ante Elizabeth, tal como más tarde se presentaría ante María, y dijo Gabriel:
«Mientras tu marido Zacarías oficia ante el altar en Jerusalén, y mientras el pueblo reunido ora por la llegada del liberador, yo, Gabriel, he venido para anunciarte que pronto tendrás un hijo, quien será el precursor del maestro divino, y que tú lo llamarás a tu hijo Juan. Crecerá dedicado al Señor tu Dios, y cuando llegue a la madurez, alegrará tu corazón porque llevará muchas almas a Dios, y también proclamará el advenimiento del sanador de almas de tu pueblo, y el libertador del espíritu de la humanidad entera. Tu parienta María será la madre de este hijo de promesa, y yo también me apareceré ante ella.»
Esta visión muy aterrorizó a Elizabeth. Después de la partida de Gabriel, le dio vueltas y más vueltas a esta experiencia en su cabeza, reflexionando detenidamente sobre las palabras de este majestuoso visitante. Pero no mencionó nada a nadie, sino a su marido, hasta principios de febrero del año siguiente, fecha en que visitó a María.
Elizabeth no reveló este secreto a su marido inmediatamente, sino tan sólo cinco meses más tarde. Cuando le contó la historia de la visita de Gabriel, Zacarías la consideró con escepticismo, dudando de toda la experiencia por varias semanas; solamente comenzó a medio creer, aunque sin demasiado entusiasmo, en la visita de Gabriel a su esposa cuando ya no pudo dudar de que ella estaba encinta. Zacarías estaba grandemente perplejo y confundido por el embarazo de Elizabeth, aunque, a pesar de su propia edad avanzada, no dudaba de la virtud de su esposa. Unas seis semanas antes del nacimiento de Juan, Zacarías tuvo un sueño muy notable y entonces pudo convencerse de que Elizabeth daría a luz un hijo de destino, el que prepararía el camino para la llegada del Mesías.