Giliana Kudsha
Jehová el Creador
Jehová es el Único Creador.
Solo Jehová merece la adoración de toda la creación.
No hay ningún otro como Jehová; nadie puede compararse con la grandeza y la gloria del Creador Eterno.
Su creación habla de Su nombre y de Sus obras; por esto nadie puede, en verdad, negar Su existencia.
El Espíritu de la Verdad es conocido por quienes sirven a Jehová con todo su corazón y alma, quienes sirven al Creador con sus manos y pies.
Los Pactarios de Jehová adoran al Creador y sirven a su prójimo no por obligación, sino por amor genuino.
Su pueblo observa Sus mandamientos por amor a su Creador y por interés por su prójimo.
Enseñanzas de la Luz Capítulo 77:
El Alma
1 El alma anhela naturalmente por la Luz de Dios y por estar unida con el Espíritu Viviente en todo momento.
2 La adoración de y oración al Único Dios, es el estado natural del alma.
3 El viento siempre es invisible, pero lo sentís en vuestra cara; de la misma manera, Dios, aunque no es visible físicamente, siempre está presente y se le puede sentir dentro de vuestra alma.
4 Para que el alma entre en unión perfecta conmigo, uno debe practicar las Doce Virtudes con un corazón sincero y con manos honestas.
5 La mayoría de las almas que están en la tierra en este momento ya han sido marcadas como justas o malvadas.
6 Las almas malvadas experimentan la aniquilación de la conciencia y son destruidas finalmente, si no se arrepienten después de haber sido provistas con la oportunidad de hacerlo.
7 En cuanto a las almas consideradas malvadas, hay algunas almas que el Padre sabe que tienen el potencial de la redención – a tales se les ofrece la oportunidad de obtener la iluminación y la perfección.
8 Todas las almas tienen la oportunidad de re-educación – es decir, aquellas a las que aún no se les ha proporcionado la educación adecuada.
9 [En respuesta a la pregunta: ¿A aquellas almas que están marcadas como malvadas, como esas almas que una vez estuvieron en el vacío, que no habían sido cosechadas de un mundo anterior, se les permite en algún momento empezar de nuevo?] Esto depende de la situación del alma en sí. A algunas se les ofrece curación, re-educación, mientras que otras caminan, por su propia elección, hacia el Campo del Vacío, que es la aniquilación.
10 Aquellos que deliberadamente rechazan la Causa de la Creación, la Fuente Divina Suprema, son destruidos junto con su conciencia.
11 Si las almas malvadas rechazan deliberadamente a la Fuente Divina, esas almas son destruidas al igual que la malvada. El Padre, en Su Sabiduría Suprema, es consciente de sus propios pensamientos y es Él quien sabe si tienen el potencial de ser redimidas o no.
Lectura de la Torá, Números 8:1-12:16:
8
1 El Eterno habló a Moshé (Moisés), diciendo:
2 «Háblale a Aarón y dile: cuando enciendas las lumbreras, hacia el frente de la Menorá dirigirán luz las siete lumbreras».
3 Así hizo Aarón; encendió las lumbreras hacia el frente de la Menorá, tal como El Eterno le había ordenado a Moshé (Moisés).
4 Ésta es la artesanía de la Menorá de oro labrado a martillo: desde su base hasta su flor es de oro labrado a martillo, de acuerdo con la visión que El Eterno le mostró a Moshé (Moisés), así hizo la Menorá.
5 El Eterno habló a Moshé (Moisés), diciendo:
6 «Toma a los levitas de entre los Hijos de Israel y purifícalos.
7 Así les harás para purificarlos: espárceles encima agua de purificación, y que se pasen una navaja para rasurarse por toda su carne, y que laven sus vestimentas, y quedarán puros.
8 Tomarán un toro joven y su ofrenda vegetal -minjá-, sémola mezclada con aceite, y un segundo toro joven tomarás como sacrificio expiatorio -jatat-.
9 Aproximarás a los levitas delante de la Tienda de la Reunión y reunirás a toda la asamblea de los Hijos de Israel.
10 Aproximarás a los levitas ante El Eterno y los Hijos de Israel apoyarán sus manos sobre los levitas.
11 Aarón balanceará a los levitas como un servicio de agitación ante El Eterno, de los Hijos de Israel, y ellos serán para realizar el servicio de El Eterno.
12 Los levitas apoyarán sus manos sobre la cabeza de los toros; harás con uno un sacrificio expiatorio -jatat- y con uno una ofrenda ígnea -olá- para El Eterno, para expiación a los levitas.
13 Ubicarás a los levitas ante Aarón y ante sus hijos, y los balancearás como un servicio de agitación ante El Eterno.
14 Así apartarás a los levitas de entre los Hijos de Israel y los levitas serán Míos.
15 Luego los levitas vendrán a servir en la Tienda de la Reunión, los purificarás y los balancearás como un servicio de agitación.
16 Pues entregados, entregados son para Mí de entre los Hijos de Israel; en lugar del primer fruto de cada matriz, el primogénito de todos los Hijos de Israel, los he tomado a ellos para Mí.
17 Porque todo primogénito de los Hijos de Israel, del hombre y del animal son Míos; desde el día que ataqué mortalmente a todo primogénito en la tierra de Egipto los santifiqué para Mí.
18 Tomé a los levitas en lugar de todo primogénito entre los Hijos de Israel.
19 Entonces designé a los levitas para que sean entregados a Aarón y a sus hijos de entre los Hijos de Israel y realicen el servicio de los Hijos de Israel en la Tienda de la Reunión, y para expiar a los Hijos de Israel, para que no haya plaga entre los Hijos de Israel cuando los Hijos de Israel se acerquen al Santuario».
20 Moshé (Moisés), Aarón y toda la asamblea de los Hijos de Israel hicieron con los levitas tal como todo lo que El Eterno le había ordenado a Moshé (Moisés), así les hicieron los Hijos de Israel.
21 Los levitas se purificaron y lavaron sus vestimentas, y Aarón los balanceó como un servicio de agitación ante El Eterno, y Aarón los expió para purificarlos.
22 Luego los levitas vinieron a realizar su servicio en la Tienda de la Reunión, ante Aarón y ante sus hijos, tal como El Eterno le había ordenado a Moshé (Moisés) acerca de los levitas, así hicieron con ellos.
23 El Eterno habló a Moshé (Moisés), diciendo:
«24 Esto se aplicará a los levitas: a partir de veinticinco años de edad en adelante, vendrá a la legión del servicio de la Tienda de la Reunión.
25 A partir de cincuenta años, retornará de la legión de trabajo y ya no trabajará.
26 Oficiará junto con sus hermanos en la Tienda de la Reunión para guardar la custodia, mas trabajos no realizará. Así haréis con los levitas en lo relativo a su custodia».
9
1 El Eterno habló a Moshé (Moisés), en el Desierto del Sinaí, en el segundo año después del Éxodo de la tierra de Egipto, en el mes primero, diciendo:
2 «Los Hijos de Israel harán la ofrenda de Pesaj en su tiempo designado.
3 El día catorce de este mes, a la tarde, la haréis, en su tiempo designado; según todos sus decretos y según todas sus leyes la haréis».
4 Moshé (Moisés) les habló a los Hijos de Israel para que hagan la ofrenda de Pesaj.
5 Hicieron la ofrenda de Pesaj en el mes primero, el día catorce del mes, a la tarde, en el Desierto del Sinaí; de acuerdo con todo lo que El Eterno le ordenó a Moshé (Moisés), así hicieron los Hijos de Israel.
Acerca del segundo Pesaj
6 Había hombres que se habían impurificado con un cadáver humano y no podían hacer la ofrenda de Pesaj en ese día: entonces se acercaron a Moshé (Moisés) y a Aarón en ese día.
7 Esos hombres le dijeron: «Estamos impuros a causa de un cadáver humano; ¿por qué habríamos de ser menos por no ofrendar la ofrenda de El Eterno en el tiempo designado a los Hijos de Israel?».
8 Moshé (Moisés) les dijo: «Poneos de pie y oiré lo que El Eterno ha de ordenaros».
9 El Eterno habló a Moshé (Moisés), diciendo:
«10 Háblales a los Hijos de Israel, diciendo: si un hombre se impurificare a través de un cadáver humano o estuviere en un camino lejano, tanto vosotros como vuestras generaciones, hará la ofrenda de Pesaj para El Eterno,
11 en el mes segundo, el día catorce, a la tarde, la hará; con matzot y hierbas amargas la comerá.
12 No dejarán parte de ella hasta la mañana, ni le quebrarán ningún hueso; como todos los decretos de la ofrenda de Pesaj la harán.
13 Pero el hombre que es puro y que no estuvo en el camino y se abstuvo de hacer la ofrenda de Pesaj, esa alma será tronchada de su pueblo, pues no ofrendó la ofrenda de El Eterno en su tiempo designado; ese hombre cargará con su pecado.
14 Cuando un converso habitare junto a vosotros, hará la ofrenda de Pesaj para El Eterno cuando llegue la festividad de Pesaj; de acuerdo con el decreto de la ofrenda de Pesaj y su ley, así la hará; un decreto será para vosotros, para el converso y el nativo de la Tierra».
Se erige el Tabernáculo
15 El día que fue erigido el Tabernáculo, la nube cubrió el Tabernáculo para recubrir el Testimonio y al anochecer hubo sobre el Tabernáculo como una apariencia de fuego hasta la mañana.
16 Así era siempre: la nube la cubría y había una apariencia de fuego a la noche.
17 Y cada vez que la nube se elevaba por encima de la Tienda, después de esto los Hijos de Israel se trasladaban; y en el sitio donde se posaba la nube, allí acampaban los Hijos de Israel.
18 Según la palabra de El Eterno se desplazaban los Hijos de Israel, y según la palabra de El Eterno acampaban; todos los días en que la nube se posaba sobre el Tabernáculo, acampaban.
19 Cuando la nube prolongaba su presencia encima del Tabernáculo durante muchos días, los Hijos de Israel mantenían la custodia de El Eterno y no se desplazaban.
20 A veces, la nube se posaba sobre el Tabernáculo durante varios días; según la palabra de El Eterno acampaban y según la palabra de El Eterno se desplazaban.
21 Y a veces la nube permanecía desde la noche hasta la mañana, y la nube se elevaba a la mañana y se desplazaban; o durante un día y una noche, y la nube se elevaba y se desplazaban.
22 O durante dos días, o un mes, o un año, en los que la nube prolongaba su presencia encima del Tabernáculo y se posaba sobre él, los Hijos de Israel acampaban y no se desplazaban, pero cuando se elevaba, se desplazaban.
23 Según la palabra de El Eterno acampaban y según la palabra de El Eterno se desplazaban; la custodia de El Eterno guardaban, según la palabra de El Eterno a través de Moshé (Moisés).
10
La función de las trompetas
1 El Eterno habló a Moshé (Moisés), diciendo:
2 «Hazte dos trompetas de plata, hazlas labradas y serán tuyas para convocar a la asamblea y para que los campamentos se desplacen.
3 Cuando toquen un sonido largo con ellas, toda la asamblea se congregará hacia ti, a la entrada de la Tienda de la Reunión.
4 Si tocan un sonido largo con una de ellas, los líderes, las cabezas de los miles de Israel se congregarán hacia ti.
5 Cuando toquen sonidos cortos, los campamentos que descansan hacia el este se desplazarán.
6 Cuando toquen sonidos cortos por segunda vez, los campamentos que descansan hacia el sur se desplazarán; sonidos cortos tocarán para sus desplazamientos.
7 Cuando reúnas a la congregación, tocarán un sonido largo, mas no un sonido corto.
8 Los hijos de Aarón, los sacerdotes, tocarán las trompetas y será para vosotros un decreto eterno para vuestras generaciones.
9 Cuando salgáis a librar guerra en vuestra Tierra contra el enemigo que os oprime, tocaréis con las trompetas sonidos cortos y seréis recordados ante El Eterno, vuestro Dios, y seréis salvados de vuestros enemigos.
10 El día de vuestra alegría y en vuestras fiestas y en vuestras lunas nuevas, tocaréis las trompetas sobre vuestras ofrendas ígneas y sobre vuestras ofrendas festivas de paz; y serán un recordatorio para vosotros ante vuestro Dios; Yo soy El Eterno, vuestro Dios».
Desplazamiento desde el Desierto del Sinaí
11 Y ocurrió en el segundo año, en el mes segundo, en el veinte del mes, que la nube se elevó por encima del Tabernáculo del Testimonio.
12 Los Hijos de Israel se desplazaron en sus viajes desde el Desierto del Sinaí y la nube se posó en el Desierto de Parán.
13 Se desplazaron por primera vez ante la orden de El Eterno, a través de Moshé (Moisés).
Los desplazamientos de los Hijos de Israel
14 La bandera del campamento de los hijos de Iehuda (Judá) se desplazaba primera, de acuerdo con sus legiones, y sobre su legión se hallaba Najshon, hijo de Aminadav;
15 sobre la legión de los hijos de Isajar (Isacar) estaba Netanel, hijo de Tzuar;
16 y sobre la legión de la tribu de Zebulun (Zabulón) estaba Eliav, hijo de Jelon.
17 El Tabernáculo era desmontado, luego se desplazaban los hijos de Gershon y los hijos de Merari, los portadores del Tabernáculo.
18 Luego se desplazaba la bandera del campamento de Reuben (Rubén), de acuerdo con sus legiones; y sobre su legión se hallaba Elitzur, hijo de Shedeur;
19 sobre la legión de la tribu de los hijos de Shimon (Simeón) estaba Shelumiel, hijo de Tzurishadai;
20 y sobre la legión de la tribu de los hijos de Gad estaba Eliasaf, hijo de Deuel.
21 Luego se desplazaban los kehatitas, portadores del Santuario; y erigían el Tabernáculo antes de su arribo.
22 Luego se desplazaba la bandera del campamento de Efraim, de acuerdo con sus legiones, y sobre su legión se hallaba Elishama, hijo de Amihud;
23 sobre la legión de la tribu de los hijos de Menashe estaba Gamliel, hijo de Pedatzur;
24 y sobre la legión de la tribu de los hijos de Biniamin (Benjamín) estaba Avidan, hijo de Gideoni.
25 Luego se desplazaba la bandera del campamento de los hijos de Dan, la retaguardia de todos los campamentos, de acuerdo con sus legiones, y sobre su legión se hallaba Ajiezer, hijo de Amishadai;
26 sobre la legión de la tribu de los hijos de Asher estaba Paguiel, hijo de Ojran;
27 y sobre la legión de la tribu de los hijos de Naftali (Neftalí) estaba Ajira, hijo de Enan.
28 Éstos eran los desplazamientos de los Hijos de Israel de acuerdo con sus legiones, y se desplazaron.
Moisés invita a su suegro
29 Moshé (Moisés) le dijo a Jovav, hijo de Reuel el midianita, suegro de Moshé (Moisés): «nos trasladamos al lugar acerca del cual El Eterno ha dicho “os lo daré a vosotros”. Ven con nosotros y te beneficiaremos, pues El Eterno ha hablado bien sobre Israel».
30 Él le dijo «No iré; solamente a mi tierra y a mi familia iré».
31 Él dijo: «Por favor, no nos abandones, por cuanto conoces nuestros acampamientos en el Desierto y has sido como ojos para nosotros.
32 Y ocurrirá que si vienes con nosotros, la bondad con que El Eterno nos beneficie, la haremos contigo».
Continúa el desplazamiento
33 Se desplazaron desde la Montaña de El Eterno una distancia de tres días, y el Arca del pacto de El Eterno se desplazó delante de ellos una distancia de tres días, para buscarles un lugar de descanso.
34 Cuando partieron del campamento la nube de El Eterno estaba sobre ellos de día.
35 Cuando el Arca era trasladada, Moshé (Moisés) dijo: «Levántate El Eterno, y que Tus enemigos se dispersen, que aquellos que Te odian huyan de ante Ti».
36 Y cuando se posaba, decía: «Reside tranquilamente, oh El Eterno, entre las miríadas de millares de Israel».
11
El pueblo se queja en Taverá
1 El pueblo empezó a quejarse; y eso era malo a los oídos de El Eterno y El Eterno oyó, y Su ira se encendió y un fuego de El Eterno ardió contra ellos y consumió en el extremo del campamento.
2 El pueblo clamó ante Moshé (Moisés); Moshé (Moisés) le rezó a El Eterno y el fuego se extinguió.
3 Él llamó a aquel lugar Taverá, pues el fuego de El Eterno había ardido contra ellos.
Israel añora la comida de Egipto
4 La multitud mezclada que había entre ellos empezó a sentir un antojo y los Hijos de Israel volvieron y lloraron una vez más, diciendo: «¿Quién nos dará de comer carne?
5 Recordamos el pescado que comimos en Egipto sin pagar nada, y los pepinos, melones, puerros, cebollas y ajo,
6 pero ahora nuestra alma está reseca, no hay nada; no tenemos nada por delante salvo el maná».
7 El maná era como semillas de cilantro y su color era como el color del cristal.
8 La gente iba de caminata y lo recogía, y lo molía en un molino o lo aplastaba en un mortero, y lo cocía en una olla o hacía tortas, y tenía el sabor de masa preparada con aceite.
9 Cuando por la noche el rocío descendía sobre el campamento, el maná descendía sobre él.
10 Moshé (Moisés) oyó que el pueblo lloraba en sus grupos de familia, cada uno en la entrada de su tienda, y la ira de El Eterno ardió enormemente; y a los ojos de Moshé (Moisés) eso fue malo.
11 Moshé (Moisés) le dijo a El Eterno: «¿Por qué has hecho mal a Tu servidor; por qué no hallé gracia en Tus ojos que has colocado la carga de todo este pueblo sobre mí?
12 ¿Acaso yo concebí a todo este pueblo o lo di a luz, que Tú me dices: “Llévalo en tu regazo como la nodriza lleva al lactante” a la Tierra que juraste a sus antepasados?
13 ¿Dónde conseguiré carne para darle a todo este pueblo cuando me lloran, diciendo: “Danos carne para que comamos”?
14 Yo solo no puedo cargar a toda esta nación, porque es demasiado pesada para mí
15 Y si así es como Te conduces conmigo, !entonces mátame por favor si he hallado gracia en tus ojos, y que yo no vea mi mal!.
16 El Eterno le dijo a Moshé (Moisés): «Reúneme setenta hombres de los ancianos de Israel, de quienes sabes que son los ancianos del pueblo y sus policías; llévalos a la Tienda de la Reunión y que se queden allí contigo.
17 Yo descenderé y hablaré contigo allí, y aumentaré un poco del espíritu que hay sobre ti y lo colocaré sobre ellos, y ellos soportarán la carga del pueblo contigo y no la soportarás tú solo.
18 Al pueblo le dirás: «Preparaos para mañana y comeréis carne, pues habéis llorado a los oídos de El Eterno, diciendo: ¿Quién nos dará de comer carne? ¡Estábamos mejor en Egipto! Por eso El Eterno os dará carne y comeréis.
19 No un día comeréis, ni dos días, ni cinco días, ni diez días, ni veinte días.
20 Hasta un mes entero, hasta que os salga por las narices y os cause repugnancia, pues habéis rechazado a El Eterno, Quien está en medio de vosotros, y habéis llorado ante El, diciendo: ¿Por qué nos fuimos de Egipto?».
21 Moshé (Moisés) dijo: «Seiscientos mil hombres de a pie son el pueblo en medio del cual estoy, pero Tú dices que les daré carne y comerán durante un mes.
22 ¿Se pueden sacrificar ovejas y vacas para ellos y que les basten? O si todos los peces del mar se reunieren para ellos, ¿les bastaría?».
23 El Eterno le dijo a Moshé (Moisés): «¿Acaso la mano de El Eterno está limitada? Ahora verás si Mi palabra se cumple o no se cumple».
24 Moshé (Moisés) se alejó y habló las palabras de El Eterno ante el pueblo; y reunió setenta hombres de entre los ancianos del pueblo e hizo que se ubicaran alrededor de la Tienda.
25 El Eterno descendió en una nube y le habló, y aumentó un poco del espíritu que había sobre él y se lo dio a los setenta hombres, los ancianos; cuando el espíritu se posó sobre ellos profetizaron, pero ya no volvieron a hacerlo.
26 Dos hombres se quedaron en el campamento, el nombre de uno era Eldad y el nombre del segundo era Meidad, y el espíritu se posó sobre ellos; habían estado entre los contados, pero no habían ido al Tabernáculo y profetizaron en el campamento.
27 El joven fue corriendo a contarle a Moshé (Moisés), y él dijo: «Eldad y Meidad están profetizando en el campamento».
28 Iehoshúa (Josué), hijo de Nun, el servidor de Moshé (Moisés) desde su juventud, respondió y dijo: «Mi amo, Moshé (Moisés), encarcélalos».
29 Moshé (Moisés) le dijo: «¿Tienes celos por mí? Quién diera que todo los del pueblo de El Eterno fueran profetas, si El Eterno solamente pusiera Su espíritu sobre ellos».
Las codornices llegan del mar
30 Moshé (Moisés) volvió al campamento, él y los ancianos de Israel.
31 Un viento salió de El Eterno y sopló codornices desde el mar, y las extendió sobre el campamento, como un camino de un día de este lado y como un camino de un día de ese lado, en el contorno del campamento, y como dos codos por encima de la faz de la tierra.
32 El pueblo estuvo levantado todo ese día y toda la noche, y todo el día siguiente, y recogió las codornices; el que menos recogió la medida de diez jomer; y las extendieron alrededor del campamento.
33 La carne aún estaba entre sus dientes, sin haberse masticado, cuando la ira de El Eterno se encendió contra el pueblo y El Eterno asestó un golpe muy poderoso contra el pueblo.
34 Y llamó al nombre de ese lugar Kivrot Hataavá, porque allí enterraron a las personas que habían tenido el antojo.
35 De Kivrot Hataavá el pueblo se trasladó a Jatzerot, y permaneció en Jatzerot.
12
Miriam y Aarón hablan sobre Moisés
1 Miriam y Aarón hablaron sobre Moshé (Moisés) en lo relativo a la mujer kushita con la que se había casado, pues se había casado con una mujer kushita.
2 Dijeron: «¿Fue únicamente a Moshé (Moisés) que habló El Eterno? ¿Acaso no habló también con nosotros?». Y El Eterno oyó.
3 Y el hombre Moshé (Moisés) era muy humilde, más humilde que cualquier otra persona sobre la faz de la tierra.
4 El Eterno le dijo de pronto a Moshé (Moisés), a Aarón y a Miriam: «Vosotros tres salid a la Tienda de la Reunión». Y los tres salieron.
5 El Eterno descendió en una columna de nube y se paró en la entrada de la Tienda, y Él convocó a Aarón y a Miriam; los dos salieron.
6 Él dijo: «Oíd ahora Mis palabras. Si hubiere profetas entre vosotros, en una visión, Yo, El Eterno, Me haré conocer ante él; en un sueño le hablaré.
7 Pero no es así con Mi servidor Moshé (Moisés); en toda Mi casa él es el fiel.
8 Boca a boca hablo Yo con él, en una visión clara y no con acertijos; la imagen de El Eterno contempla él. ¿Por qué no temisteis hablar sobre Mi servidor, Moshé (Moisés)?».
9 La ira de El Eterno se encendió contra ellos y Se alejó.
10 La nube se había alejado de encima de la Tienda, y he aquí que Miriam fue afectada de una tzaraat como la nieve. Aarón se dirigió a Miriam y he aquí que ella estaba afectada de tzaraat.
11 Aarón le dijo a Moshé (Moisés): «Te ruego, mi señor, no pongáis sobre nosotros un pecado, pues hemos sido tontos y hemos pecado.
12 Que no sea ella, por favor, como una persona muerta, como quien sale del vientre de su madre con la mitad de la carne consumida».
13 Moshé (Moisés) clamó ante El Eterno, diciendo: «Te ruego, Dios, cúrala por favor».
14 El Eterno le dijo a Moshé (Moisés): «Si su padre le escupiera en el rostro, ¿acaso no sería humillada durante siete días? Que esté aislada fuera del campamento durante siete días, y luego podrá ingresar».
15 Miriam estuvo aislada fuera del campamento durante siete días y el pueblo no se desplazó hasta que Miriam fue llevada adentro.
16 Entonces el pueblo se desplazó de Jatzerot, y acamparon en el Desierto de Parán.
Lectura del Libro de la Verdad – El Sermón de Jesús sobre el Reino – 137:8.1-2:
137:8.1
El sábado 22 de junio, poco antes de salir ellos en su primera gira de predicación y unos diez días después del arresto de Juan, Jesús ocupó el púlpito de la sinagoga por segunda vez desde su llegada a Capernaum con sus apóstoles.
Unos días antes de la predicación de este sermón sobre «el Reino», mientras estaba Jesús trabajando en el astillero, Pedro le trajo la noticia del arresto de Juan. Jesús otra vez dejó sus herramientas, se quitó el delantal, y le dijo a Pedro: «La hora del Padre ha llegado. Preparémonos para proclamar el evangelio del reino».