Giliana Kudsha
Los que Trabajan por los Demás
Los que trabajan por el bien de los demás serán bendecidos en esta vida; en la próxima vida, serán bendecidos con riquezas incomparables. Pero yo os digo que aquellos que esclavizan a otros, ellos mismos serán esclavizados en la próxima vida. Cualquiera que haga que alguien se endeude financieramente, él mismo se endeudará en su próxima vida. Porque pasará mucho tiempo antes de que un acreedor malvado pueda poner su pie en Bahisht.
Enseñanzas de la Luz Capítulo 56:
Moralidad
1 Existe el bien y el mal. La idea de una zona gris es una ilusión. Que todos los que sufren de estos trastornos cognitivos se libren de esta enfermedad mental.
2 La Biblia Oahspe es una guía para los Pactarios para que vivan una vida moral y piadosa.
3 Tened cuidado en asociaros con la gente inmoral del mundo – porque os harán dejar de lado vuestros buenos valores.
Lectura de la Torá: Levítico 26:3-27:34:
PARASHAT BEJUKOTAI – SECCIÓN BEJUKOTAI
3 Si siguiereis Mis decretos y observareis Mis preceptos y los realizareis,
4 entonces Yo proveeré vuestras lluvias en su tiempo, la tierra dará su cosecha y el árbol del campo dará sus frutos.
5 Vuestra trilla durará hasta la vendimia, y la vendimia durará hasta el sembrado; comeréis vuestro pan hasta la saciedad y habitaréis seguros en vuestra tierra.
6 Yo procuraré paz en la tierra, y os acostaréis sin que nada os asuste; haré que las bestias salvajes se alejen de la Tierra y la espada no cruzará vuestra tierra.
7 Perseguiréis a vuestros enemigos y ellos caerán ante vosotros por la espada.
8 Sólo cinco de los tuyos perseguirán a cien y cien de los tuyos perseguirán a diez mil. Y vuestros enemigos caerán ante vosotros por la espada.
9 Dedicaré Mi atención a vosotros, los haré fértiles y los multiplicaré, y estableceré Mi pacto con vosotros.
10 Comeréis granos muy viejos y quitaréis los viejos para dar paso a los nuevos.
11 Colocaré Mi Santuario entre vosotros y Mi Alma no os rechazará.
12 Iré entre vosotros, seré Dios para vosotros y seréis un pueblo para Mí.
13 Yo soy El Eterno vuestro Dios, Quien os sacó de esclavos de la tierra de Egipto; Yo quebré los barrotes de vuestro yugo y os conduje erguidos.
14 Mas si no Me escuchareis y no realizareis todos estos preceptos,
15 si consideráis aborrecibles Mis decretos y si vuestro ser rechaza Mis ordenanzas, y no realizáis todos Mis preceptos y anuláis así Mi pacto,
16 entonces haré lo mismo con vosotros; pondré sobre vosotros pánico, lesiones inflamadas y fiebre ardiente que hace que los ojos anhelen y las almas sufran; sembraréis vuestra semilla en vano, pues vuestros enemigos la comerán.
17 Dirigiré Mi atención en vuestra contra, seréis abatidos delante de los enemigos; los que os odian os someterán; huiréis sin que nadie os persiga.
18 Si a pesar de esto no Me hacéis caso, entonces os castigaré aún más, siete veces por vuestros pecados.
19 Quebraré el orgullo de vuestro poderío; haré que vuestro cielo sea como el hierro y vuestra tierra como el cobre.
20 Vuestra fuerza se gastará en vano; vuestra tierra no dará su cosecha y el árbol de la tierra no dará sus frutos.
21 Si os comportáis con indiferencia ante Mí y os negáis a hacerme caso, os asestaré otro golpe más, siete veces como vuestros pecados.
22 Incitaré a la vida salvaje del campo en vuestra contra y os despojarán de vuestros hijos, diezmarán vuestro ganado, y os reduciréis; y vuestros caminos serán desolados.
23 Si a pesar de todo esto no os corrigiereis regresando a Mí, y os comportareis con indiferencia hacia Mí,
24 Yo también Me comportaré indiferentemente con vosotros e incluso Yo os atacaré, siete veces por vuestros pecados.
25 Traeré sobre vosotros la espada, vengando la venganza del pacto, seréis reunidos dentro de vuestras ciudades; entonces enviaré una peste entre vosotros y seréis entregados a la mano del enemigo.
26 Cuando quiebre para vosotros la vara del pan, diez mujeres hornearán vuestro pan en un mismo horno y os devolverán vuestro pan por peso; comeréis y no quedaréis satisfechos.
27 Si a pesar de todo esto no Me hiciereis caso y os comportareis conmigo con indiferencia,
28 Me comportaré con vosotros con furia; os castigaré, incluso Yo, siete veces por vuestros pecados.
29 Comeréis la carne de vuestros hijos; y la carne de vuestras hijas comeréis.
30 Destruiré vuestros elevados edificios y diezmaré vuestros ídolos de soles, arrojaré vuestros cadáveres sobre los cadáveres de vuestros ídolos y Mi Espíritu os rechazará.
31 Dejaré vuestras ciudades en ruinas y vuestros santuarios quedarán desolados; no gozaré de vuestros gratos aromas.
32 Haré que la tierra quede desolada; y vuestros enemigos que habitan en ella quedarán desolados.
33 Y a vosotros os dispersaré entre las naciones, desenvainaré la espada tras vosotros; vuestra Tierra quedará desolada y vuestras ciudades en ruinas.
34 Entonces la Tierra se apaciguará por sus años sabáticos violados durante todos sus años de desolación, mientras estéis en la tierra de vuestros enemigos; entonces la tierra descansará y se apaciguará por sus años sabáticos.
35 Todos los años de su desolación descansará, todo lo que no haya descansado durante vuestros años sabáticos mientras habitasteis en ella.
36 A los sobrevivientes de entre vosotros, traeré debilidad a sus corazones en la tierra de sus enemigos; el crujido de una hoja los perseguirá, huirán como se huye de la espada, y caerán, pero sin que nadie los persiga.
37 Tropezarán uno con el otro, como quien huye de la espada, pero no hay quien lo persiga; no tendréis la fuerza de resistir a vuestros enemigos.
38 Os perderéis entre las naciones; la tierra de vuestros enemigos os devorará.
39 A causa de su iniquidad, lo que quede de vosotros se desintegrará en la tierra de vuestros enemigos; y porque la iniquidad de sus antepasados también está con ellos, se desintegrarán.
40 Entonces confesarán su pecado y el pecado de sus antepasados, por haberme traicionado y también por haberse comportado conmigo con indiferencia.
41 Yo también Me comportaré con ellos con indiferencia y los llevaré a la tierra de sus enemigos; tal vez entonces su corazón insensible se humille y obtengan perdón por sus pecados.
42 Recordaré Mi pacto con Iaacov (Jacob) y también Mi pacto con Itzjak (Isaac), y también Mi pacto con Abraham recordaré, y recordaré la Tierra.
43 La Tierra estará despojada de ellos y se apaciguará por sus años sabáticos al haber quedado desolada; y ellos deberán obtener perdón por su iniquidad; por haberse rebelado contra Mis ordenanzas y por haber rechazado su espíritu Mis decretos.
44 Pero a pesar de todo esto, mientras estuvieren en la tierra de sus enemigos, no los aborreceré ni los rechazaré para aniquilarlos, para anular Mi pacto con ellos, pues Yo soy El Eterno, su Dios.
45 Recordaré para ellos el pacto de los antepasados, aquellos que saqué de la tierra de Egipto ante los ojos de las naciones, para ser Dios para ellos. Yo soy El Eterno.
46 Éstos son los decretos, las ordenanzas y las enseñanzas que dio El Eterno, entre Él y los Hijos de Israel, en el Monte de Sinaí, por intermedio de Moshé (Moisés)».
27
1 El Eterno habló a Moshé (Moisés), diciendo:
2 «Háblales a los Hijos de Israel y diles: si un hombre articula ante El Eterno un voto de evaluación de seres vivos,
3 la evaluación del varón será, para la persona de veinte a sesenta años de edad, de cincuenta siclos de plata, del siclo sagrado.
4 Si es mujer, la evaluación será treinta siclos.
5 Y si tiene entre cinco y veinte años de edad, la evaluación del varón será veinte siclos y la de la mujer diez siclos.
6 Y si tiene entre un mes y cinco años de edad, la evaluación del varón será de cinco siclos de plata y la de la mujer, será la evaluación de tres siclos de plata.
7 Y si tiene sesenta años o más, la evaluación del varón será de quince siclos, y para la mujer de diez siclos.
8 Pero si él es demasiado pobre para pagar su evaluación, entonces hará que se presente ante el sacerdote y el sacerdote realizará la evaluación de acuerdo con lo que pueda gastar la persona que hace el voto.
9 Si es la clase de animal que se puede traer como ofrenda a El Eterno, cualquier parte del animal que ofrende a El Eterno será santa.
10 No la cambiará ni la reemplazará, ni buena por mala ni mala por buena; pero si reemplaza un animal por otro animal, él y su reemplazante serán santos.
11 Y si se trata de cualquier animal impuro del que no se puede traer ofrenda a El Eterno, presentará el animal ante el sacerdote.
12 El sacerdote evaluará, si es bueno o malo; como lo evalúe el sacerdote, así será.
13 Si lo redime, debe agregar un quinto a la evaluación.
14 Si un hombre consagra su casa a El Eterno para que sea santa, el sacerdote la evaluará, si es buena o mala; como la evalúe el sacerdote, así será.
15 Si el que la santificó redimiere su casa, le agregará un quinto de la evaluación de plata, y será suya.
16 Si un hombre consagra un campo de su posesión ancestral a El Eterno, la evaluación se hará según su sembrado: el área sembrada por un jomer de cebada por cincuenta siclos de plata.
17 Si consagra su campo del año de Jubileo, éste mantendrá su evaluación.
18 Y si consagra su campo después del Jubileo, el sacerdote le calculará el dinero de acuerdo con los años que quedan hasta el año de Jubileo, y esa suma será sustraída de su evaluación.
19 Si el que consagró el campo lo redimiere, le agregará un quinto de la evaluación de plata y el campo será suyo.
20 Pero si no redime el campo o si ha vendido el campo a otro hombre, nunca mas podrá ser redimido.
21 Y cuando el campo salga en el Jubileo, será tierra santa para El Eterno, como un campo segregado; su posesión ancestral pasará a ser del sacerdote.
22 Pero si consagrare a El Eterno el campo que adquirió, que no es de su posesión ancestral,
23 el sacerdote le calculará la suma de la evaluación hasta el año de Jubileo y pagará la evaluación de ese día, y es tierra consagrada a El Eterno.
24 En el año de Jubileo el campo será devuelto a aquel de quien lo adquirió, al que le pertenecía por posesión ancestral.
25 Todas las evaluaciones serán en el siclo sagrado; ese shekel será veinte guerá.
26 Sin embargo, el primogénito del ganado que sea primero para El Eterno, el hombre no lo consagrará; tanto si es buey como si es del rebaño, es de El Eterno.
27 Si es de los animales impuros, lo redimirá de acuerdo con su evaluación y le agregará un quinto, y si no es redimido, será vendido por su evaluación.
28 Sin embargo, toda propiedad segregada que el hombre segregare para El Eterno, de todo lo que sea suyo, tanto humano como animal, o del campo de su posesión ancestral, no podrá ser vendida ni podrá ser redimida; todo objeto segregado será santísimo para El Eterno.
29 Cualquier persona condenada que haya sido expulsada de los hombres no será redimida; será condenada a muerte.
30 Cualquier diezmo de la tierra, de la semilla de la tierra, del fruto del árbol, Le pertenece a El Eterno; es santo para El Eterno.
31 Si una persona redimiere de su diezmo, le agregará su quinta parte.
32 Cualquier diezmo del ganado vacuno o del rebaño, todo lo que pase bajo la vara, el décimo será santo para El Eterno.
33 No hará distinción entre bueno y malo, y no hará reemplazos; y si sí lo reemplaza, él y su reemplazante serán santos; no podrán ser redimidos».
34 Éstos son los preceptos que El Eterno ordenó a Moshé (Moisés) para los Hijos de Israel en el Monte de Sinaí.
Lectura del Libro de la Verdad: Juan el Bautista – 135:0.3-5:
135:0.3
El acontecimiento notable de la infancia de Juan fue la visita que, en compañía de sus padres, hizo a Jesús y a la familia de Nazaret. Esta visita tuvo lugar en el mes de junio del año 1 a. de J. C., cuando contaba poco más de seis años de edad.
Después de su regreso de Nazaret, los padres de Juan emprendieron en forma sistemática la educación del muchacho. No había en esa pequeña aldea escuelas de la sinagoga; sin embargo, como Zacarías era un sacerdote, era un hombre bastante bien instruido; Isabel por su parte tenía mucha más instrucción que el común de las mujeres en Judea de la época; también ella pertenecía al sacerdocio, puesto que era descendiente de las «hijas de Aarón». Como Juan era hijo único, podían dedicar mucho tiempo a su capacitación mental y espiritual. Zacarías sólo tenía que oficiar en el templo en Jerusalén por breves períodos de manera que dedicaba mucho de su tiempo a la enseñanza de su hijo.
Zacarías e Isabel tenían una pequeña granja donde criaban ovejas. No alcanzaban a ganarse la vida con esta tierra, pero Zacarías recibía un estipendio regular de los fondos del templo dedicados al sacerdocio.