Giliana Kudsha
Pequeños Errores en el Oahspe
Se ha dicho en épocas anteriores que el Oahspe no es perfecto. “No es inmaculado este Libro, el OAHSPE; sino para enseñar a los mortales cómo llegar a escuchar la Voz del Creador y ver Sus cielos, con plena conciencia, mientras aún viven en la tierra; y conocer de verdad el lugar y la condición que les esperan después de la muerte.” El Oahspe fue entregado a través de las manos de un escriba llamado Newbrough por los ángeles del Creador. Debido a ese escriba y por varios problemas de impresión, se pueden encontrar algunos errores dentro del texto. Otros errores se deben a uno de los ángeles que no había nacido en los cielos inorgánicos antes de que se escribiera el Oahspe original. Debido a esto, hay varios versículos que a menudo le dan al estudiante una impresión equivocada sobre la verdad de las palabras de Jehovíh.
Incluso con los errores actuales, no se puede exagerar la importancia de la Biblia Oahspe. Primero, el Remanente necesita el Oahspe para una formación adecuada y para comprender el verdadero significado de la afiliación espiritual y física. En segundo lugar, el mundo necesita el Oahspe para tener una mejor comprensión de Jehovíh el Creador.
Tened la seguridad de que, en la mayoría de los casos, los errores en la traducción son menores y que se puede confiar en ella como una representación bastante precisa de lo que el mundo espiritual de Jehovíh – es decir, Su reino celestial – estaba tratando de transmitir a través del escriba. Con esto en mente, consolaos de que esta Biblia en particular contiene las palabras de Jehovíh a través de Sus mensajeros angelicales.
Los Fielistas de Jehovíh tienen entre ellos a ciertos individuos del Remanente que han sido ungidos por el Espíritu de la Verdad y que pueden responder a preguntas sobre el texto. Hay mensajeros de una elevada naturaleza celestial que ayudan a estos ungidos a comprender adecuadamente las palabras de Jehovíh al Remanente y al mundo. Por lo tanto, los errores menores en el Oahspe nunca deberían disuadir a nadie que se tome en serio el Reino de Jehovíh.
Enseñanzas de la Luz Capítulo 34:
Dios
1 Aferrarse a conceptos acerca de Dios es apego; Dios es lo que Dios es, sin vuestras interpretaciones y suposiciones.
2 Abandonad los conceptos e interpretaciones humanas; daos cuenta que Dios es lo que Dios es, sin crear suposiciones sobre Dios que no habéis experimentado.
3 Desde los cimientos de los cielos más altos se levanta una Gran Columna de fuego. La Voz del Creador truena en medio de ella.
4 Todos los seres celestiales de la Luz y los justos traen alabanza a Ti, Padre, cantando Santo repetidamente.
5 ¡Tú eres digno de alabanza, Padre bondadoso, Ancestro antiguo! ¡Bendito eres Tú, Dios bondadoso!
6 Buscad la Luz de Dios, y Él caminará con vosotros durante todos vuestros días.
7 Dios no abandonará a ningún hombre, mujer o niño o niña que camine en Su Verdad. Dios está presente con todo el que invoca Su Nombre de verdad y con sinceridad.
8 Dios es siempre fiel en cumplir Sus promesas en cada generación.
9 La Voz de Dios Todopoderoso es Luz y trae seguridad, consuelo, y bendición a todos aquellos que oyen Su Voz.
1 0 Dios Todopoderoso considera como Sus amigos a todos los que le sirven en la verdad y la sinceridad.
11 Los siervos de Dios son capaces de confiar en Él tanto en los momentos de alegría como en los de adversidad – Él escucha vuestras oraciones.
12 La mano de Dios está dentro de vuestro alcance, porque Él está al lado de todo creyente y buscador verdadero y consigue esto por medio de Sus Mensajeros Divinos a lo largo de las varias generaciones de la humanidad.
13 Un hombre no puede encontrar la verdadera felicidad sin la Presencia de Dios en su vida. Dios está cerca de todos los que están cerca de Él.
14 Cuando estéis desesperados, recordad las promesas del Padre. Compartid las promesas del Gran Padre con todos aquellos que están dispuestos a escuchar tales promesas.
15 En Dios uno encuentra seguridad y esperanza para el futuro.
16 Cada rayo de sol es un regalo del Dios de arriba; Él tiene conocimiento de todos los que le sirven y los recompensa de manera adecuada – en momentos de tristeza y de alegría.
17 En todas las cosas que hagáis cada día y con cada decisión que toméis, dejad que Dios, Su Justicia y el Reino de la Luz sean vuestro enfoque principal.
18 Dios, el Gran Padre está por encima y más allá de la creación; Dios es la Fuente Suprema y Divina sobre toda la creación.
19 Dios el Gran Padre nunca puede ser expresado adecuadamente en términos humanos.
20 Uno de los primeros pasos para sentir la Presencia de Dios en vuestra vida es reconocer que Él ya está al lado de vosotros.
Lecturas del Libro de la Verdad: Mateo Leví – 139:7; El Noveno Año de Jesús – 124:1.11-13
7. Mateo Leví
Mateo, el séptimo de los apóstoles, fue escogido por Andrés. Mateo pertenecía a una familia de cobradores de impuestos, o publicanos, pero él mismo era un recaudador de aduanas en Capernaum, donde vivía. Contaba con treinta y un años, era casado y tenía cuatro hijos. Era un hombre de moderada riqueza, el único de los que pertenecían al cuerpo apostólico con ciertos medios. Era un buen hombre de negocios, una persona sociable, y tenía el don de hacer amigos y de llevarse muy bien con una gran variedad de personas.
Andrés nombró a Mateo representante financiero de los apóstoles. En cierto modo, él era el agente fiscal y el portavoz publicitario de la organización apostólica. Era un juez agudo de la naturaleza humana y un propagandista muy eficaz. Su personalidad es difícil de visualizar, pero fue un discípulo honesto y su fe en la misión de Jesús y en la certeza del reino creció con el tiempo. Jesús no le dio sobrenombre a Leví, pero sus hermanos apóstoles comúnmente se referían a él como el «que consigue dinero».
El punto fuerte de Leví era su devoción sincera a la causa. El hecho de que él, un publicano, hubiera sido aceptado por Jesús y sus apóstoles llenaba de gratitud a este ex-recaudador de impuestos. Sin embargo, llevó algún tiempo para que el resto de los apóstoles, especialmente Simón el Zelote y Judas Iscariote, se llegaran a reconciliar con la presencia del publicano en su medio. La debilidad de Mateo era su visión materialista y miope de la vida. Pero en todos estos asuntos, progresó mucho según pasaban los meses. Él, por supuesto, tenía que ausentarse de muchas de las más preciadas temporadas de instrucción porque era su deber mantener provista la tesorería.
Lo que Mateo más apreciaba era la disposición del Maestro para perdonar. Nunca dejaba de repetir que la fe era lo único que se necesitaba en el asunto de encontrar a Dios. Siempre se complacía en referirse al reino como «este asunto de encontrar a Dios».
Aunque Mateo era un hombre que tenía su pasado, daba una excelente impresión de sí mismo y según pasó el tiempo, sus asociados se enorgullecieron de las acciones del publicano. Fue uno de los apóstoles que tomaban amplias notas sobre los dichos de Jesús, y estas notas se utilizaron para la subsecuente narrativa de Isador sobre los dichos y hechos de Jesús, que ha llegado a conocerse como el Evangelio según Mateo.
La vida buena y útil de Mateo, el hombre de negocios y el recaudador de aduanas de Capernaum, ha sido el medio que ha llevado a millares y millares de otros hombres de negocios, funcionarios públicos y políticos a través de las edades, a escuchar también la voz atractiva del Maestro que dice «sígueme». Mateo era realmente un político sagaz, pero fue intensamente leal a Jesús y supremamente devoto a la tarea de asegurarse de que los mensajeros del reino venidero fueran adecuadamente financiados.
La presencia de Mateo entre los doce fue el medio de mantener las puertas del reino abiertas de par en par para la multitud de almas afligidas y excluidas que se encontraban desde hacía mucho sin los consuelos de la religión. Hombres y mujeres rechazados por la sociedad, desesperados, acudían a escuchar a Jesús, y él nunca rechazó ni a uno solo de ellos.
Mateo recibía las ofrendas espontáneas y libremente entregadas de los discípulos creyentes y de los que escuchaban directamente las enseñanzas del Maestro, pero nunca solicitó abiertamente fondos de las multitudes. Hizo todo su trabajo financiero de una manera discreta y personal, recaudando la mayor parte del dinero entre la clase más pudiente de los creyentes interesados. Entregó prácticamente toda su modesta fortuna a la obra del Maestro y sus apóstoles, pero ellos nunca se enteraron de esta generosidad, salvo Jesús, que sabia todo al respecto. Vacilaba en contribuir abiertamente a los fondos apostólicos por temor de que Jesús y sus asociados pudiesen considerar que su dinero era indigno; de manera que dio mucho de lo suyo en nombre de otros creyentes. Durante los primeros meses, sabiendo Mateo que su presencia entre ellos estaba, en cierto modo, un tormento, muchas veces tuvo la tentación de decirles que era su dinero el que les suplía a menudo el pan cotidiano, pero jamás lo hizo. Cuando afloraba el desdén del grupo por el publicano, Leví ardía en deseos de revelarles su generosidad, pero consiguió siempre callar.
Cuando no alcanzaban los fondos para hacerle frente a los gastos estimados de la semana, Leví a menudo recurría a sus propios recursos, haciendo generosos aportes. Otras veces, cuando le resultaban particularmente fascinantes las enseñanzas de Jesús, se quedaba para escucharlas, aun sabiendo que tendría que contribuir de su bolsillo para compensar por no haber solicitado los fondos necesarios. Pero, ¡cuánto deseaba Leví que Jesús supiera que buena parte del dinero provenía de su bolsillo! No se daba cuenta de que el Maestro lo sabía todo. Los apóstoles murieron sin saber que Mateo fue su benefactor a tal extremo que, cuando fue a proclamar el evangelio del reino después del comienzo de las persecuciones, estaba prácticamente en la miseria.
Cuando estas persecuciones obligaron a los creyentes a abandonar a Jerusalén, Mateo viajó al norte, predicando el evangelio del reino y bautizando a los creyentes. Sus antiguos asociados apostólicos nada más supieron de él, pero siguió predicando y bautizando en Siria, Capadocia, Galacia, Bitinia y Tracia. Y fue en Tracia, en Lisimaquia, que ciertos judíos infieles conspiraron con los soldados romanos para disponer su muerte. Este publicano regenerado murió triunfante en la fe de la salvación que él había aprendido con tanta seguridad de las enseñanzas del Maestro durante su reciente estadía en la tierra.
El Noveno Año de Jesús (Año 3 d. de J.C.)
124:1.11
En mayo de ese año, en la granja de su tío, Jesús ayudó por primera vez a cosechar trigo. Antes de cumplir los trece años ya había averiguado algo de prácticamente todo trabajo que desempeñaban los hombres y mujeres en Nazaret, excepto el trabajo en metal; cuando fue mayor, después de la muerte de su padre, pasó varios meses en el taller de un herrero.
Cuando había poco trabajo y disminuían las caravanas, hacía viajes de placer o de negocios con su padre a las ciudades cercanas de Caná, Endor y Naín. Incluso desde joven visitaba con frecuencia Séforis, a aproximadamente cinco kilómetros al noroeste de Nazaret, ciudad que era la capital de Galilea desde el año 4 a. de J.C. hasta alrededor del año 25 d. de J.C., y una de las residencias de Herodes Antipas.
Jesús seguía creciendo física, intelectual, social y espiritualmente. Los viajes afuera del hogar le proporcionaron una comprensión mejor y más generosa de su propia familia; a esta altura, sus padres aprendían de él tanto como seguían enseñándole. Jesús era un pensador original y un maestro experto aun en su juventud. Se encontraba en conflicto constante con la así llamada «ley oral», pero siempre intentaba adaptarse a las prácticas de su familia. Se llevaba muy bien con los niños de su edad, pero a menudo se desalentaba porque la mente de estos niños era de reacción lenta. Antes de los diez años ya era el líder de un grupo de siete muchachos que formaron una sociedad para promover la conquista de la vida adulta, tanto física como intelectual y religiosa. Con estos muchachos Jesús con éxito introdujo muchos juegos nuevos y varias formas mejoradas de recreación física.