1 La Palabra de Yeshúa dada a Sus siervos Jonatán, Jacob y a los fieles en Uzbekistán.
2 Yeshúa ha dicho:
3 Dad estas palabras a Mis ovejas.
4 Recordad las palabras del salmista que escribió que no debéis confiar en los príncipes, porque no hay ninguna ayuda con ellos. Cuando pasan de este mundo al siguiente, sus cuerpos físicos regresan a la tierra y sus planes perecen, y la mayoría de las personas olvidan lo que han dicho. No pueden prometeros la vida eterna ni la felicidad eterna con Mi Padre. [Comparad con el Salmo 146:3-4]
5 Vuestra fuente de esperanza debe ser Mi Padre, que es vuestro Creador – es Él quien se encarga de vuestras necesidades y es Él quien da las promesas que se cumplen. [Comparad con el Salmo 146:5-7]
6 El mundo pone su esperanza en las palabras humanas, que son como la hierba seca que muere cuando cae un sol de justicia sobre ella.
7 Mis queridas ovejas, cuando el mundo parezca que está a punto de derrumbarse sobre sí mismo, recordad de confiar en las manos amorosas de vuestro Creador.
8 Mi pequeño remanente, poned vuestra confianza en Mi Padre y en Mis enseñanzas, y será más fácil perseverar bajo las dificultades que están por sobrevenir a todos los pueblos de la tierra.
9 No confiéis en las promesas de los seres humanos, sino más bien, poned vuestra confianza en Mi Padre que está en los cielos.
10 Amaos los unos a los otros.
11 Perdonad a los demás de forma regular.
12 Orad diariamente.
13 Dad gracias a vuestro Creador.
14 Honrad el Nombre del Padre.
15 Compartid vuestra esperanza con los demás.
16 Apoyad a los menos afortunados y a los solitarios.
17 Defended a los no nacidos.
18 Sed una luz para las naciones.
19 Observad los Mandamientos.
20 Permaneced fieles y Yo permaneceré con vosotros.