Giliana Kudsha
Permaneciendo Fieles
Los verdaderos creyentes son aquellos que adoran al Creador Eterno Único y son discípulos de Su Hijo. Adoran a su Padre que se sienta sobre los cielos y sirven a Su Hijo que se manifiesta a Sí mismo mediante los diversos Mensajeros enviados por Su Padre.
Un verdadero creyente debe creer fielmente en la verdad, tener fe en los mensajes revelados de esta era, y seguir con diligencia ciertas costumbres y tradiciones que se transmiten a la mayor asamblea de la verdad, conocida como el Remanente. Esos son tus deberes. Es el Convenio Unido que debe ser enseñado a todos los creyentes en tu hogar.
No descuides tus deberes como siervo del Eterno. Recuérdales a tus hijos e hijas y a los creyentes que te rodean que sean siempre fuertes en su fe en su Padre Único y atentos en su trabajo para construir el Reino del Creador.
Permaneciendo fiel a las verdades de los tiempos antiguos y modernos, serás bendecido. Al seguir las costumbres y tradiciones establecidas para los miembros del Convenio Unido de la Religión de la Luz, serás bendecido.
Hablaré contigo sobre las costumbres en los próximos días.
Enseñanzas de la Luz Capítulo 29, Falsos Maestros:
1 Cuestionables son los que dicen ser líderes espirituales y confunden a los devotos con conocimiento falso, llevando a una eternidad de oscuridad.
2 Uno que se proclame a sí mismo maestro espiritual y que hable de sí mismo o de sí misma como si fuera un dios propaga el veneno del dinero, la codicia y la falsedad.
3 La venta de libros, seminarios y fotografías es más importante para un falso maestro que aliviar el sufrimiento de la humanidad.
4 A veces la más simple de las verdades puede estar en frente de alguien, sin embargo, no la ven porque sus ojos están cegados por filosofías vanidosas y mentiras que no están dispuestos a abandonar.
5 Los maestros que están apegados a negar la existencia del Creador solo se engañan a sí mismos y a sus discípulos.
6 Las enseñanzas de los auto proclamados maestros espirituales que niegan la existencia del Creador son cuestionables en el mejor de los casos. Habitualmente estos son hombres hambrientos de dinero.
7 Los falsos maestros van y vienen como la comida podrida. No seáis atraídos por los colores vibrantes del moho que los falsos maestros producen. Es mortal.
8 El que acepta cualquier libro u otro escrito de la pluma de un ser humano, creyendo que solo esa obra es inspirada por Dios, se prepara a sí mismo para una gran decepción, porque ¿Qué hombre entre vosotros es capaz de escribir de la profundidad y de los misterios del Espíritu del Padre que está en los cielos por encima de los cielos?
9 Porque de verdad os digo, no existe tal persona entre todos los humanos, y el que afirme tener un cargo tan grandioso fracasará en todas las cosas, porque su obra no es del Perfecto.
10 Recordad esto: No hay perfección en la maldad, y no hay oscuridad en la luz.
11 De verdad os digo, un hombre no está por encima del Padre de la Grandeza. Solo la Gran Fuente de la Verdad puede dispensar sabiduría y conocimiento perfectos para el mayor beneficio de toda la creación.
12 No vaciléis en vuestra fe. Mantened esta palabra como un recuerdo dentro de vuestro corazón.
13 El entusiasmo acompañado de palabras mentirosas no hace que esas palabras sean verdaderas. Sin importar cuanto entusiasmo tengáis por la mentira, sigue siendo una mentira.
14 Siempre hay esperanza para la oveja descarriada. Son los lobos errantes los que no pueden soportar caminar en la Luz.
15 Una mente inmadura llena de ilusiones y falsas suposiciones nunca os puede conducir a un futuro mejor.
Didaché Capítulo 13
Apoyo de los Verdaderos Profetas y Apóstoles
1 Pero todo verdadero Apóstol o Profeta que quiera vivir con ustedes o en su comunidad es digno de su apoyo. Las enseñanzas del verdadero Apóstol o Profeta serán su trabajo si no tienen una habilidad específica.
2 Del mismo modo, un verdadero maestro es digno, al igual que el trabajador, de su apoyo.
3 Todo primer fruto, por lo tanto, de los productos de la prensa de vino y de la trilla, de los bueyes y de las ovejas, lo tomarán y lo darán a los profetas, porque son sus sumos sacerdotes bajo el Mesías.
4 Pero si no tienen un Profeta, den lo que puedan a los que ustedes saben que tienen necesidad.
5 Si hacen un lote de masa, tomen el primer fruto y den de acuerdo con el Mandamiento.
6 Del mismo modo, cuando abran un frasco de vino o de aceite o de cualquier cosa nueva, tomen el primer fruto y dénselo a los Apóstoles y a los Profetas.
7 Y del dinero y de la ropa y de todas las posesiones que tienen, cojan el primer fruto, lo que puedan, y den de acuerdo al Mandamiento.
Lectura del Libro de la Verdad: Las Apariciones Finales y la Ascensión – 193:0.1-6
193:0.1
LA DECIMOSEXTA manifestación morontial de Jesús ocurrió el viernes 5 de mayo, en el patio de Nicodemo, a eso de las nueve de la noche. Esa noche los creyentes de Jerusalén intentaron reunirse por primera vez desde la resurrección. Estaban congregados aquí en este momento los once apóstoles, el cuerpo de mujeres y sus asociadas, y unos cincuenta discípulos importantes del Maestro, incluyendo a varios griegos. Este grupo de creyentes había estado conversando casualmente por más de media hora, cuando de pronto, el Maestro morontial apareció a plena vista e inmediatamente comenzó a instruirlos. Dijo Jesús:
«Que la paz sea con vosotros. Éste es el grupo más representativo de creyentes—apóstoles y discípulos, hombres y mujeres– ante el cual yo haya aparecido, desde el momento de mi liberación de la carne. Os llamo ahora a testimonio de que os dije de antemano que mi estadía entre vosotros tendría fin. Yo os dije que finalmente debo volver al Padre. Luego os dije claramente de qué manera me entregarían los altos sacerdotes y los líderes de los judíos, para que fuera yo puesto a muerte, y que me levantaría de la tumba. ¿Por qué, pues, os dejasteis perturbar por todo esto cuando sucedió? ¿Por qué os sorprendisteis tanto cuando me levanté del sepulcro al tercer día? Vosotros no creísteis en mí, porque escuchasteis mis palabras sin comprender su significado.
«Ahora pues debéis prestar oído a mis palabras, para no cometer nuevamente el error de oír mis enseñanzas con la mente mientras vuestro corazón no comprende el significado. Desde el comienzo de mi estadía como uno de vosotros, os enseñé que mi único propósito era revelar a mi Padre en el cielo a sus hijos en la tierra. He vivido el auto-otorgamiento revelador de Dios para que vosotros pudieseis experimentar la carrera del que conoce a Dios. He revelado a Dios, como vuestro Padre en el cielo; os he revelado a vosotros, como hijos de Dios en la tierra. Es un hecho de que Dios os ama a vosotros, a sus hijos. Por la fe en mi palabra, este hecho se torna una verdad eterna y viva en vuestro corazón. Cuando, por la fe viva, os tornéis divinamente conscientes de Dios, naceréis del espíritu como hijos de la luz y de la vida, aun la vida eterna en la cual ascenderéis al universo de los universos y alcanzaréis la experiencia de encontrar a Dios el Padre en el Paraíso.
«Os advierto que recordéis siempre que vuestra misión entre los hombres es la proclamación del evangelio del reino—la realidad de la paternidad de Dios y la verdad de la filiación del hombre. Proclamad toda la verdad de la buena nueva, no tan sólo una parte del evangelio salvador. Vuestro mensaje no ha de cambiar por mi experiencia de resurrección. La filiación con Dios por la fe sigue siendo la verdad salvadora del evangelio del reino. Debéis salir predicando el amor de Dios y el servicio al hombre. Lo que el mundo necesita más que nada saber es: los hombres son hijos de Dios, y por la fe pueden en verdad realizar, y diariamente experimentar, esta verdad ennoblecedora. Mi auto-otorgamiento debe ayudar a todos los hombres a conocer que ellos son hijos de Dios, pero ese conocimiento no es suficiente si personalmente no captan por la fe la verdad salvadora de que ellos son los hijos de espíritu vivientes del Padre eterno. El evangelio del reino comprende el amor del Padre y el servicio de sus hijos en la tierra.
«Entre vosotros, compartís aquí, el conocimiento de que yo he resucitado de entre los muertos, pero eso no es extraño. Yo tengo el poder de poner mi vida y tomarla nuevamente; el Padre otorga ese poder a sus Hijos del Paraíso. Más bien, que vuestro corazón se estremezca por el conocimiento de que los muertos de una era ingresaron a la ascensión eterna poco después de que yo salí de la nueva tumba de José. Viví mi vida en la carne para mostraros cómo vosotros podréis, mediante el servicio amante, tornaros reveladores de Dios a vuestros semejantes así como, amándoos a vosotros y sirviéndoos, yo me he tornado revelador de Dios a vosotros. He vivido entre vosotros como el Hijo del Hombre para que vosotros, y todos los demás hombres, podáis conocer que de veras sois hijos de Dios. Por lo tanto, id pues al mundo predicando este evangelio del reino del cielo a todos los hombres. Amad a todos los hombres así como yo os he amado; servid a vuestros semejantes mortales así como yo os he servido. Habéis recibido libremente, dad libremente. Permaneced aquí en Jerusalén solamente hasta que yo vaya al Padre y os envíe el Espíritu de la Verdad. Él os guiará a una verdad más amplia, y yo iré con vosotros a todo el mundo. Estoy con vosotros siempre, y mi paz os dejo».
Cuando el Maestro hubo hablado, desapareció de su vista. Era casi el alba cuando los creyentes se dispersaron; toda esa noche permanecieron juntos, discutiendo intensamente las admoniciones del Maestro y discurriendo todo lo que les había ocurrido. Santiago Zebedeo y otros de los apóstoles también relataron sus experiencias con el Maestro morontial en Galilea y recitaron cómo se les había aparecido tres veces.